¿quién es esta chica tan constante? no me reconozco. he de decir que escribir aquí al menos hace tener a mi cabeza ocupada en pensar que contaré y así poder distraerme de todas las cosas que tengo que hacer. me gusta que os estén gustando tanto, valga la redundancia, mis últimas cartas. en realidad, han sido las más íntimas, por decirlo de alguna manera, que he subido. a todos nos gusta leer acerca de los sentimientos de los demás. aunque lo que más les guste a mis amigos es averiguar de quien hablo en las cartas de pensamientos parte uno y parte dos. cartas que, si no os habéis leído, me haría especial ilusión que leyerais.
está volviendo mi parte más artística, mi parte favorita de mí. siempre me pasa esto cuando menos puedo desarrollar esta parte, porque estoy demasiado ocupada con todo eso de ser universitaria y estar en mayo. tal vez esto me pasa, porque me impido a mí misma desarrollarla y ahora que tengo que estar todo el día estudiando, mi mente solo puede pensar en la siguiente cosa que voy a escribir, siendo consciente que ahora mismo debo centrarme en otras cosas y no puedo estar todo el día creando.
me cuesta leer las cosas que escribo y ser objetiva. estas últimas semanas me he aficionado a leer mis escritos antiguos. me he sorprendido con lo bien que intento explicarme siempre que escribo, y algunas de las cosas que he leído de mi misma siento que son buenísimas, pero a mí eso nunca me lo escuchareis decir en alto, porque soy incapaz de hacerme un cumplido. de entre todas las cosas que leí, había una de las siete libretas que tengo, que hacía años que no leía. ayer decidí cogerla de la estantería y enfrentarme a las cosas que había escritas allí.
la famosa libreta negra.
sé que muchos de vosotros sabréis de que libreta estoy hablando y del contenido que hay dentro, pero para los que no lo sepáis os voy a poner en contexto brevemente.
hace unos cuantos años fue cuando tuve mi máximo esplendor con la escritura. no porque piense que es cuando mejor he escrito en toda mi vida, si no porque escribía diariamente poemas. uno tras otro, la inspiración nunca se me acababa. aunque todos girasen alrededor del mismo tema.
desde entonces no escribo poemas. agoté todo mi potencial y mi inspiración esos años. me costó mucho volver a escribir después de eso.
pero bueno, os preguntaréis, ¿qué hice con todos esos poemas?, ¿los escribía en esa libreta?
“mi libro”
(siento un poco de vergüenza al escribir mi libro. por eso lo pongo entre comillas, para quitarle un poco de peso)
pero sí. cogí todos los poemas que había escrito, los ordené por orden cronológico para que todo tuviera sentido y escribí a mayores en cada capitulo para que quedase todo perfecto. todo eso quedó plasmado en esa libreta que compré expresamente para eso, para escribir a mano todos los poemas que llevaba años escribiendo y dejar escrita esa historia que estaba viviendo. una historia de ¿amor? supongo que sí, podríamos decir que fue una historia de amor.
en el fondo en esa época, cuando escribía a diario, sabía que todo eso en un futuro iba a tener un sentido, iba a formar parte de algo. no sabía que todo formaría parte de un libro, ni mucho menos que después de tantos años estaría explicando esto aquí. pero ayer cogí esa libreta en la que, entre todas esas páginas, estuvo mi corazón hace unos años.
de entre todos los poemas y textos que hay en mi libro he elegido uno para enseñarlo aquí.
un siete de diciembre de dos mil veintiuno, a las dos y veintiuno de la madrugada:
“esos ojos oscuros que me arrastran. esa sonrisa que endulza cada palabra que sale de su boca. ese “hasta aquí” que no dolió escuchar porque sabías que era lo que necesitabais. no sabéis ser extraños. por el amor que os tenéis, lo estáis intentando. hace unos días lo dejasteis de intentar. caísteis de nuevo en la tentación. acabamos de nuevo en esa casa. esa que nos vio besarnos por primera y última vez. esta vez igual. me dirigía al sofá, inocente. pero ¿cómo iba a dirigirme hacia ese sofá sin esperar que nos besáramos? en el instante en el que te vi entrar noté la tensión. los nervios de no saber qué es lo que ibas a hacer. pero como siempre acabaste haciendo lo que yo esperaba. se han grabado las últimas palabras que dijiste antes de besarme: “esta va a ser la última”. sin embargo, antes de terminar de decirlo, tus labios y los míos ya se encontraban perdiéndose. apoyada en aquella pared, sintiendo tu cuerpo cada vez más cerca, iban apareciendo esas ganas de las que llevamos años hablando. esas ganas de arriesgarnos. tal vez ganas de arrepentirnos…”
el texto continúa, pero me daba un poco de vergüenza como sigue, así que hasta ahí leeremos.
en fin, esta semana he leído todas esas cosas y por primera vez me he leído a mi misma con amor. es duro que haya tenido que pasar tanto tiempo para poder leerme y que al terminar sintiese algo positivo. pero creo que se lo debía a la Valentina del pasado, la que se dejó el corazón en escribir todas esas palabras.
por eso también me hizo mucha ilusión que a todos os gustasen tanto las cartas de pensamientos. porque al final, solo soy yo mostrando mi parte más débil.
me siento muy a gusto últimamente mostrando esta parte de mí. porque durante mucho tiempo la he rechazado y no quería saber nada de escribir porque significaba volver al pasado. pero al fin, me he dado cuenta, de que no puedo abandonar escribir por culpa de eso, no puedo dejar de sentir las cosas como verdaderamente las siento por miedo.
por haberle escrito un libro entero a un chico, no significa que todo lo que vaya a escribir a lo largo de mi vida vaya a hablar de él. aunque durante años si que fuese así. al menos, la libreta está en mi posesión y no en la de aquel chico, y eso es lo importante.
como siempre, espero que os haya gustado esta carta. comentadme algo bonito. os quiero.
biquiños, Valu <3
¡Animo con tus examenes! Yo estoy igual, ¡los hobbies creativos me ayudan mucho a descansar! ¡Que letra más bonita tienes! Y que bonito el texto🥰 A veces da un poco de cringe releer cosas antiguas, pero dejando un tiempo prudencial, ¡puedes descubrir verdaderos tesoros!